domingo, 13 de agosto de 2017

LA SUBLEVACIÓN Y DERROTA DE JOSÉ ANTONIO VÁSQUEZ Y PEDRO MARÍA FREITAS EN 1854.

PUGNA ENTRE EL MONAGATO Y EL PAECISMO
PASO A PASO LA SUBLEVACIÓN Y DERROTA DE JOSÉ ANTONIO VÁSQUEZ Y PEDRO MARÍA FREITAS EN 1854.
Por: Javier Alfredo Villamizar López

El 12 de julio de 1854 es la fecha en que un grupo de soldado se alzó en el occidente del país, exactamente en Barquisimeto. De los comunicados que venían e iban al Secretario de despacho de Guerra y Marina, Simón Planas, se conocen los nombres de estos sublevados: el comandante José Antonio Vásquez y el  coronel  Pedro María Freitas, ambos comandantes de las tropas de dicha Provincia.

El jefe de comando de Maracaibo, aliado al gobierno, es quien denuncia a la secretaría de Marina y Guerra sobre las primeras acciones de los insurrectos, como se desprende de los folios de dicha sección, la misma denuncia la sublevación de Vásquez en el momento de la movilización a Coro de sus  tropas acantonadas en Barquisimeto. Sin embargo, las medidas tomadas por el Gobierno Central de movilizar los comandos para contener a los insurrectos fueron tardías, pues los rebeldes habían tomado las ciudades de San Carlos y Guanare, sin mayores esfuerzos; la primera por Vásquez y la segunda por el Coronel Freites.

Las tropas del Gobierno dirigidas por el General en Jefe del Ejército Julián Castro, enfrentan a los sublevados que tenían la intención de desplazarse hacia la región centro costera, ciertamente para tomar Puerto Cabello y Valencia, como lo develan sus movimientos.

En San Carlos y Guanare la situación se habían tornado adversas para Vásquez;  el apoyo de  la población era nulo; la férrea resistencia del comandante monaguista Idelfonzo Sandoval en Guanare era insoslayable; y la llegada de las fuerzas de infantería y caballería de Julián Castro terminó por romper moralmente el ímpetu de las fuerzas sublevadas, esta primera batalla se inclinó a favor el gobierno de los Monagas provocando una gran cantidad de deserciones en los alzados, los rebeldes decidieron el repliegue a los pueblos vecinos de Araure y Bejuma.

En Bejuma, los rebeldes militares habían preparado como medidas de contraataque mediante el uso de "casa artilladas", así fue denominada esta estratégica acción de los insurrectos, en los oficios enviados al Secretario del Ministerio de Guerra y Marina. Julián  Castro que venían en su persecución hacia Bejuma fue sorprendido por esta estratégica acción  y la envestida fue tan intensa que detuvo al ejército gubernamental, donde esta vez los alzados podían propinarle una grave derrota y poner en jaque el estado, por lo cual, tuvo que recurrir de inmediato a solicitar apoyo de las comandos de Valencia, Puerto Cabello, Aragua y Calabozo para romper el sitio.

En el seno del poder ejecutivo se convocó al Consejo de Gobierno, máxima instancia consultiva,  y se decidió aumentar las fuerzas gubernamentales a 20 mil hombres, para enfrentar el levantamiento,  situación muy oportuna para solicitar un empréstito de un millón de pesos y endeudar al país.

Las distintas guarniciones cercanas a la batalla en Bejuma preparan el apoyo a Julián Castro, como por ejemplo: el jefe político de Aragua, Francisco Linares Alcántara que envió escuadras de infantería y caballería de San Sebastián y Villa de Cura en apoyo a las fuerzas del Gobierno, Alcántara arengó a los soldados manifestando el horror por los delitos y crímenes graves cometidos por los alzados en Barquisimeto (buena manipulación quizás) en contra de este alzamiento en occidente , cabe destacar que Francisco Linares Alcántara también seria Presidente de Venezuela.

El otro contingente que se esperaba con premura, era el de Calabozo ubicado en una de las provincias más significativas el periodo por vivir sus hacendados cierto periodo de ostentosidad, sin embargo, no se concretó, se develó que el  gobernador de Guárico  estaba siendo acusado de apoyar las actividades  conspirativas de los rebeldes, en los folios se recoge la denuncia hecha por el Comandante de Plaza Lino Linares cuando informa a su superior José Hernández Comandante de Operaciones de Guárico, que el gobernador de Guárico Juan R. Forta “tenía una actitud renuente de habilitar 500 unidades de caballería” e inclusive indica textualmente “se presentaba indulgente hacia los insurrecto” , esto provocó la inmediata destitución y sustitución del gobernador por Wenseslao Casado, aun así, el exgobernador se mantenía en actitud de desacató con un grupo de hombres armados y a caballo, manteniendo en zozobra e incertidumbre el poblado,  Manuel María Garica vecino de la ciudad, mostró su preocupación por ver un grupo de personas bajo órdenes del exgobernador  realizando movimientos nocturnos.

Es importante acotar, más allá de esta situación de Guárico, los rumores sobre la invasión de José Antonio Páez en el oriente del país,  el Gobierno Central a través de la Secretaria del Despacho de Guerra y Marina envía un comunicado a los jefes de comandos, principalmente los de Guayana, donde se ordena activar las escuadras de Upata y las Flecheras Bolívar, ante la posible invasión de Páez desde el extranjero, se ordena una especie de estado de sitio en la Provincia de Guayana para realizar un fuerte control de entrada y salida de dicha provincia.  

Pero todo no fue noticias desconcertantes, en el frente de batalla de  Bejuma los rebeldes no logran contener la envestida de Julián Castro por lo cual la situación bélica se inclina totalmente a favor del gobierno central, asimismo las acciones  decisivas del comandante  Ramón Guarandequin logran la victoria y  la rendición de los sublevados en  su último reducto en Montalbán,   y ante la huida hacia las costas de muchos insurrectos se envió una alerta a los apostaderos navales de Puerto Cabello para evitar el escape por dicha vía marítima.   
FUENTES 
AGN-C., Sección Guerra y Marina, 1854

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